Ban Ki-moon, el más alto dignatario de la comunidad internacional, lanzó este mensaje a todas las naciones desde la base internacional de Ny Alesund, un archipiélago noruego donde funciona la estación científica de observación climática más septentrional del planeta.
En ese remoto rincón del mundo, un grupo selecto de científicos observa día y noche el comportamiento del casquete polar del norte y los efectos del denominado calentamiento global.
ATALAYA. Desde este rincón del mundo, aparentemente insignificante, un grupo de científicos dan la voz de alarma
¿Qué ocurriría si desaparece el hielo polar? Mejor ni pensarlo. Los mares desbordarían los continentes, el clima cambiaría tanto en el planeta que el hombre y otros seres vivos superiores y desarrollados podrían desaparecer de la faz de la tierra.
De nacionalidad surcoreana, el alto funcionario internacional no está en campaña política, ni ejerce el liderazgo de alguna secta religiosa que predica la inminencia del fin del mundo.
Tampoco dirige un medio de comunicación alarmista, sensacionalista "chicha", que pretende ganar más dinero asustando a su público.
Ban Ki-moon visitó la base de Ny Alesund para observar directamente y comprobar lo que le han informado los científicos especializados provenientes de todo el mundo, con mediciones exactas y desligados de ideologías políticas o creencias religiosas.
ASUMEN RETO. Ban Ki-moon y el Rey de Noruega Harald en su último encuentro de la semana pasada.
La esperanza de Copenhague
La visita del Secretario general de la ONU fue también un paso previo, dentro del programa preparatorio para la Cumbre Climática de Copenhague que se realizará dentro de 100 días.
Allí los líderes del mundo y sus respectivos equipos científicos, buscarán acuerdos y medidas más efectivas que los ya logrados en la Conferencia de Kyoto para evitar que la contaminación por emisiones letales hagan colapsar la vida en el planeta.
La humanidad espera que en Coenhague los gobiernos del mundo y las superpoderosas empresas transnacionales –las que en la práctica gobiernan y deciden el destino del mundo- sean capaces de evitar la autodestrucción de la civilización humana.
De lo contrario, es más que seguro que sobrevendrá el fin de los tiempos del que hablan casi todas las religiones del mundo, colapso que no se produciría por acción divina o por un accidente producido por un cuerpo celeste ajeno a la tierra, sino por acción del propio ser humano.
PELIGRO MÁXIMO. Literalmente el hielo se está derritiendo en manos de la humanidad
(Foto tomada de The New York Times)
(Foto tomada de The New York Times)
Una mina de carbón abandonada
NY Aalesund era, hace un siglo, una mina de carbón. En 1926 salió de aquí Roald Amundsen para bruzar el Ártico en zepelín.
Hoy es una base científica internacional con laboratorios de varios países donde trabajan hasta 120 investigadores en verano y 25 en invierno. Además, el poblado se ha convertido en parada obligada para los barcos turísticos que navegan por las islas Svalbard.
Entre otros ingenios de observación de la más alta tecnología, allí funciona un laboratorio de agua marina que permite hacer experimentos largos de procesos en agua fría, por ejemplo de contaminación y técnicas de simulación climática.
Fuente: Agencias
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