domingo, 14 de marzo de 1993

Fidel habla de Fidel

DESDE LA HABANA.- Al drama que sufre Cuba socialista como consecuencia del derrumbe de la Unión Soviética y del endurecimiento del bloqueo norteamericano, se añade otra gran preocupación que pocos cubanos la expresan en público, pero que todos sienten que vendrá tarde o temprano: el problema de la sucesión de Fidel Castro.
En la conferencia de prensa que ofreció Castro la semana pasada a más de 100 periodistas de todo el mundo, en el acogedor hotel de turistas de Santiago de Cuba, una pregunta dirigida “a boca de jarro” por un periodista uruguayo permitió que el gobernante de la isla socialista abordara el tema con toda franqueza, sin ambages. Temas como el de la muerte política y la muerte biológica de un líder.

Fidel Castro

Allí pudimos observar de cerca a un Fidel Castro fatigado por tan intenso trabajo desplegado al frente de una revolución acechada por mil peligros a lo largo de 34 años.
Él mismo reconoció el peso de tan largo e intenso trajín revolucionario. Con el rostro circunspecto, surcado por las arrugas de sus 66 años, expresó su esperanza de que surja alguien “mejor que yo” cuando llegue el momento de entregar la posta del poder en el máximo cargo político y militar del Estado cubano.
Los reporteros de la famosa BBC de Londres tergiversaron sus declaraciones al día siguiente, afirmando que Fidel Castro había anunciado retirarse del gobierno en el plazo de cinco años. Pero él no había dicho eso.
Se mostró fatigado y hasta preocupado, pero en modo alguno con ánimo de renunciar a la lucha en momentos tan difíciles para su país.
El día anterior, un periodista cubano que siempre le sigue los pasos a Fidel en su intenso trajín cotidiano, nos contó que aun los jóvenes que asesoran a Castro se agotan en las tareas diarias antes que él.
“Tiene una vitalidad bárbara, pese a sus 66 años, duerme apenas cuatro horas y desde que se levanta hasta el anochecer, trabaja sin tregua, visitando fábricas, dando conferencias, solucionando problemas, sosteniendo entrevistas con personalidades y gobernantes extranjeros, viajando por todo el país”, refirió.
- ¿Qué pasa, comandante, si mañana usted muere o si la CIA logra asesinarlo como lo ha venido intentando en 34 años? Le preguntó el reportero uruguayo.
Castro sonrió con ironía y suscitó las sonrisas de los periodistas extranjeros.
Pasó la palma derecha sobre la amplia frente y expresó su esperanza de que llegado ese caso, pudiera surgir algún gran líder como él y que ahora permanece escondido porque no quiere asumir aún las responsabilidades que corresponden al legendario Fidel Castro.

Hombre de mucha fe
Lo cierto es que hasta ahora no aparece ningún líder con la fuerza y el magnetismo de Fidel, a quien el pueblo sigue brindándole un apoyo casi incondicional pese a los duros efectos de la crisis económica en toda la isla.
Pero Castro es un hombre con mucha fe y con muchas convicciones, por eso también manifestó que confía en que la naturaleza lo seguirá privilegiando con esa vitalidad propia de un hombre de 40 años.
Un periodista de la televisión norteamericana volvió a la carga sobre el mismo tema, pero antes le pidió que explicara por qué el pueblo cubano soporta tanta escasez alimentaria y tanta estrechez económica. Fidel contestó:
- El hombre no solo actúa por intereses de tipo material. Los valores morales tienen para el hombre un significado extraordinario. Es por eso que en el proceso revolucionario hemos tratado de inculcar ideas y valores a nuestro pueblo, a pesar de que en el mundo se subestiman las ideas, sobre todo en el mundo capitalista, por eso es que hemos inculcado ideas y principios a nuestros jóvenes y una buena prueba de ello es que cientos de miles de nuestros jóvenes participaron en misiones internacionales de solidaridad con otros pueblos.
- ¿Se retirará usted del poder al cabo de cinco años cuando termine su mandato y representación ante la Asamblea General, ante la cual ha sido elegido diputado?
- Me hace una pregunta personal. Espero que mis compatriotas no me exijan y que al cabo de cinco años yo sea postulado otra vez como candidato. Yo me considero un esclavo de mis deberes, soy un esclavo de la revolución. Espero que las condiciones que atraviese mi país dentro de cinco años sean diferentes a las de ahora. Aceptar ahora mi retiro en pleno periodo especial sería algo imposible. Pero si esta situación tan difícil llega a desaparecer, me sentiría con derecho a protestar, pero aún si subsistiera el periodo especial, espero que mis compatriotas comprendan que otros también pueden hacerlo mejor, mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo.
El tiempo pasa y hasta los corredores de maratón se cansan. Esta carrera para nosotros ya es bastante larga, ha sido un privilegio conocer tantas experiencias, tantas vivencias.
Ha sido una carrera maravillosa, pero larga...¡muy larga!...mucho más que aquella que, en la historia griega, le costó la vida a aquel corredor que fue a llevar la noticia de la victoria después de correr 42 kilómetros. Yo creo que he recorrido ya más de 42 kilómetros en esta maratón revolucionaria.

Confianza en los jóvenes
- Permítame pedirle una pequeña aclaración comandante. Entonces espera usted seguir siendo presidente más allá de cinco años. ¿No es así?
- Ojalá no sea necesario trabajar otros cinco años en las condiciones de trabajo que tenemos, es algo muy duro y agotador. Por otro lado están las leyes naturales de la vida, todos somos seres biológicos. Pasa el tiempo, pasan los años. Tendría que esperar que la naturaleza me privilegiara aún más para poder seguir sirviendo a mi pueblo. Mi trabajo personal es lo que menos me importa en esta lucha. Lo que me importan son las ideas, la justicia que he estado defendiendo en nombre de la Patria y la Revolución. Es obvio que por esos valores y por esas ideas estoy dispuesto a sacrificarlo todo y, entre todo lo que estoy dispuesto a sacrificar, como también están dispuestos a hacerlo millones de compatriotas, está, por supuesto, la vida.
Julio César Alonso, de la televisión portuguesa, le preguntó:
- Entre los candidatos elegidos hay gente muy joven, ¿quiere decir que su gobierno se está preocupando de garantizar la continuidad de la revolución?
- Entre los elegidos hay una mayoría de dirigentes nuevos y quedamos algunos de nosotros que no somos tan viejos (risas). La gente nueva está también en la alta dirección de la revolución. La revolución cubana se enorgullece de tener tanto joven en cargos de gran responsabilidad. No hay que olvidar que los que empezamos la revolución éramos muy jóvenes, algunos casi adolescentes. Cuando el ataque al cuartel de Moncada, yo era el más “viejo”, tenía 26 años. La tarea que hicimos nosotros sólo la pudo hacer gente joven, y por eso es que ahora confiamos en la capacidad revolucionaria de nuestros jóvenes.
El mismo día de las elecciones cubanas, Castro dio a los periodistas extranjeros una muestra de su capacidad de trabajo. Desde muy temprano estuvo recorriendo las mesas electorales para ver que todo marchara bien.
A las 10 de la mañana fue a votar a un local escolar del distrito José Martí de Santiago. Luego de sufragar, aceptó conversar informalmente con los periodistas por más de una hora.
Allí permaneció de pie rodeado por una impresionante cantidad de hombres de prensa “armados” con cámaras fotográficas, filmadoras de TV, grabadoras, reflectores, etc.
Respondió todas las preguntas y se permitió bromear como viejos amigos con más de un periodista.
A las 3 de la tarde nos invitó a viajar al pueblito de El Cobre a unos 50 kilómetros al este de Santiago.
Bajo una refrescante llovizna, volvió a enfrentarse a los periodistas por una hora más en la placita del pueblo. Esta vez lo hizo en presencia de una delirante multitud que lo aclamaba.
Fidel llamó a varios pobladores para que respondieran algunas de las preguntas que le estaban haciendo a él. Por la noche nos recibió en el auditorio del hotel Santiago y accedió a responder 25 preguntas con sus respectivas repreguntas por cerca de dos horas.
Cuando dio por terminada la conferencia, pidió disculpas por no poder responder más de 60 preguntas que faltaban, pero nos dijo:
- No sería justo prolongar esta jornada tan intensa, ustedes también tienen derecho a descansar.



Artículo publicado en el suplemento Cartel del diario El Popular el 14 de marzo de 1993

Artículos anteriores sobre Fidel Castro y Cuba:
- Retrato de Fidel (7 de marzo de 1993).
- Cuba correrá el riesgo de buscar nuevos mercados (6 de marzo de 1993).

domingo, 7 de marzo de 1993

Retrato de Fidel

- La encrucijada de un líder

LA REPÚBLICA (7/3/93).- "Durante diez días un redactor de este diario permaneció en Cuba cubriendo las primeras elecciones directas para la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento cubano). En ese lapso fue testigo de excepción de la enorme simpatía que el pueblo cubano, en las calles, demostraba al máximo líder de ese país: Fidel Castro. pero también constató los serios peligros de inestabilidad que acechan al régimen después de tres décadas de bloqueo comercial impuesto por los Estados Unidos".

Portada Fidel Castro. 1993

Caminar por las amplias, limpias y arboladas avenidas de La Habana, Santiago y otras grandes ciudades de Cuba; compartir fraternalmente la estrechez del duro racionamiento, sufrir la fatiga cotidiana que causa la escasez de medios de transporte, asistir a un multitudinario mitin y sentirse en medio de un vendaval de fervor político y de esperanza colectiva es, sin duda, vivir en otro mundo.
Es vivir, como lo hicimos en una efímera visita de diez días, en una sociedad cuyos valores han cambiado radicalmente, tal vez irreversiblemente, en 34 años de revolución socialista.
Para entender la compleja y dramática situación política y económica por la que atraviesa en este momento histórico el pueblo cubano, hace falta algo más que juzgar lo que está sucediendo aquí a través de la interesada información del neoliberalismo a ultranza y de quienes defienden un socialismo que no es el cubano, sino que habita en esquemas ideológicos fosilizados que se han derrumbado ya como el muro de Berlín.
Los riesgos de que aquí también pudiera ocurrir una catástrofe del modelo socialista se percibe al caminar por los precarios barrios del este de La Habana y de un sector tugurizado, pauperizado de la parte antigua de la capital.
El visitante se ve de pronto acosado en el extenso y bello malecón de La Habana y en los alrededores de los hoteles turísticos por las tentadoras jineteras y por uno que otro niño que nos pide chucherías capitalistas como lápices labiales, pantalones jeans, pulseras, chocolates, chicles, perfumes, jabones de tocador, etc.
Fidel Castro ha admitido públicamente este peligro pero ha advertido que se trata de los riesgos que necesariamente vienen acompañados con el turismo, pero que esos fenómenos consumistas son aislados.
En términos generales, el visitante de La Habana no podrá encontrar por sus calles el espectáculo alucinante y sobrecogedor que presentan diariamente ciudades latinoamericanas como Lima, con sus niños mendigos, desnutridos, esos "pájaros fruteros", también llamados "petisos", que se drogan y se prostituyen en la Plaza San Martín, la Parada y en los sucios basurales y covachas del Río Rímac.
Tampoco podrá encontrarse en La Habana con la ola interminable de crímenes y asaltos, ni con un ejército ambulante de dementes abandonados por una sociedad indiferente que todos los días rinde culto a las leyes de la libre competencia del mercado y al individualismo, por supuesto, como sacrosanta ley que permite progresar y desarrollarse "en libertad".
Una activa dirigente del poderoso Comité Central del Partido Comunista del Cuba, nos respondió así cuando le relatábamos nuestro encuentro con gente que no ataca con palabras y críticas al gobierno socialista, pero cuya conducta es totalmente contraria al tipo de sociedad que se quiere consolidar aquí:
- Mira chico, si quieres saber cómo piensa el pueblo cubano habla con los millones de trabajadores que dan la batalla contra el bloqueo económico. Si quieres saber cómo piensan y actúan nuestros jóvenes, visita las universidades, habla con los pioneros de las escuelas y también con los de la enseñanza media.
Cuando atendimos su sugerencia nos encontramos con otro fenómeno.
Un porcentaje mayoritario de nuestros interlocutores apoyan decididamente la revolución, rechazan indignados el bloqueo económico norteamericano, pero no lo hacen por razones ideológicas, no defienden expresamente el comunismo, sino que se identifican plena e incondicionalmente son el conductor de esta revolución: Fidel Castro.

Santiago de Cuba 1993
FERVOR. Santiagueros esperan el paso de Fidel por una céntrica calle de su ciudad.

Es que Fidel constituye para los cubanos un personaje demasiado decisivo para la historia del país a lo largo de 34 años de revolución.
Fidel es para su pueblo la encarnación del patriarca sabio y del conductor hábil, poco menos que irremplazable, insustituible.
Y aquí se configura un caso de culto a la personalidad, por más que el propio Castro se esfuerce en predicar con el ejemplo, delegando responsabilidades en los mejores cuadros del Comité Central y por más que infunda confianza a los jóvenes que avanzan con algún destello de liderazgo a mediano plazo.
Cuando Fidel habló en Santiago de Cuba con más de 100 periodistas de todo el mundo también surgió ese tema.
El líder cubano admitió que la muerte física es una probabilidad cada día más cercana, pero también expresó su esperanza en las cualidades de quienes lo rodean.
Dijo que cuando existe un líder con una personalidad muy fuerte y un ascendiente demasiado profundo en su gente, los líderes secundarios no se manifiestan en su total capacidad.
Que recién cuando desaparece el gran jefe, es que afloran todas las facultades de los sucesores que habían estado actuando silenciosamente a la sombra del desaparecido conductor.

Fidel Castro. Febrero de 1993
CANDIDATO A DIPUTADO. 24 de febrero, en Santiago de Cuba. Castro se retira después de acudir a votar.

En nuestra visita pudimos apreciar de muy cerca la especie de idolatría que sienten muchos cubanos por Fidel.
En la víspera de las elecciones del 24 de febrero, en la explanada que se extiende en la parte frontal del histórico cuartel Moncada de Santiago de Cuba, se congregó una gran multitud a expresar su respaldo al proceso electoral y a prometer que al día siguiente "todos los electores iban a votar por todos los candidatos".
Miles y miles de jóvenes, envueltos en una ola de entusiasmo y alegría irrefrenables, cantaban con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y otros artistas cubanos.
De pronto, el equipo de sonido reprodujo la popular canción Vuela, vuela del grupo mexicano Magneto.
Los jóvenes santiagueros y aun los adultos desbordaron su jolgorio en un griterío interminable y toda aquella explanada se convirtió en un campo de danza frenética, jocunda.
Los cánticos retumbaban en la noche tropical de aquella ciudad espléndida rodeada de las verdes colinas de la Sierra Maestra.
De pronto, apareció Fidel Castro, vestido con su impecable uniforme verde olivo, de comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Su presencia le añadió militancia y fervor político a la natural alegría musical y bailarina del pueblo cubano.
Las consignas se repetían interminables al compás de las banderas y cartelones agitados al viento.
Como es costumbre, el discurso de Fidel empezó con una magistral clase de historia de la heroica provincia de Santiago de Cuba, considerada tierra de rebeldes y bastión de la revolución.
Ni un solo gesto de aburrimiento pudimos observar en aquella multitud de unas 5,000 personas.
Todos lo escuchaban con suma atención y cada pensamiento, cada propuesta y cada crítica de Fidel eran respondidos por intensos aplausos y aclamaciones.
Ese mismo fenómeno pudimos apreciar al día siguiente en el pequeño pueblito de El Cobre, ubicado a 50 kilómetros de Santiago y abrigado por los históricos contrafuertes de la no menos histórica Sierra Maestra.
Cuando Fidel aparece en público rápidamente se establece una comunicación entre el hombre y la masa.
Este irradia un magnetismo irresistible y la gente se entrega en una espontánea identificación que solamente podría explicarse por una confianza total en ese personaje que jamás claudicó en sus ideales y que nunca se aisló en esas murallas que el poder suele levantar infranqueables entre el gobierno y su pueblo.
En un montículo que se destaca por encima del pintoresco pueblecito, se eleva la hermosa iglesia de la Virgen de la Caridad del Cobre, una de las principales vírgenes patronas del pueblo cubano, cuyo sentimiento mágico y espiritual de la vida no ha desaparecido totalmente pese a los avances y logros del socialismo.
Las sencillas gentes de El Cobre salieron de sus cabañas, abandonaron sus campos de cultivo, dejaron de lado todas sus faenas y preocupaciones para congregarse alegremente alrededor de su líder máximo.
La gente se apretujaba con vehemencia, todos pugnaban por tocar el uniforme de Fidel, rozar sus manos o por lo menos estar lo más cerca posible de él.
A nuestro lado una anciana de unos 70 años de edad, con su rostro cobrizo y arrugado, enmarcado por lacios cabellos entrecanos, juntaba las manos en dirección de Fidel, en actitud de contrita oración.
Gruesos lagrimones resbalaban por las mejillas marchitas de aquella lugareña mientras musitaba emocionada: "¡Ahora sí, ya puedo morir!".
De estas escenas arrancadas de la realidad cotidiana de Cuba del dramático "periodo especial" surge otra vez la gran incógnita planteada por un periodista uruguayo en la noche de la conferencia de prensa en Santiago:
- ¿Qué ocurre si Fidel muere o se enferma? ¿Será capaz de sobrevivir la revolución cubana? ¿Todo se vendrá abajo o surgirán nuevos líderes?

Ciclistas imprudentes
Pero los cubanos también también tienen otras preocupaciones mucho menos ideológicas y espirituales, pero igualmente vitales para su sobrevivencia en un mundo en el que el imperialismo, como "fase superior del capitalismo", canta victoria y se apresura ya a escribir el epitafio sobre la tumba del socialismo.
El derrumbe de la Unión Soviética y su bloque de aliados de la Europa del Este ha dejado a Cuba prácticamente sola frente a un bloqueo norteamericano sumamente duro e infranqueable.
Dos fueron los golpes demoledores que cayeron sobre Cuba después de la explosión de la Perestroika rusa: la escasez de combustibles y la falta de alimentos básicos, especialmente carnes, grasas y leche.
Sin embargo, esos golpes brutales no han logrado doblegar la fuerza y la voluntad de los cubanos por defender su revolución.
La falta de medios de transporte ha modificado profundamente muchos hábitos de la población, especialmente en La Habana.
La gasolina y el petróleo se necesitan urgentemente para hacer funcionar la industria y, consecuentemente, el transporte de pasajeros ha sido reducido drásticamente.
El racionamiento de gasolina no tiene precedentes en este país y sus consecuencias se sienten dramáticamente en La Habana, una ciudad con unos cuatro dos millones de habitantes.
Frente a esta situación han surgido nuevas soluciones, como por ejemplo la bicicleta.
El gobierno dio instrucciones para que se promueva el uso masivo de este tipo de vehículo impulsado por la fuerza humana.

Ciclistas de La Habana. 1993
CRISIS DE TRANSPORTE. Ante la falta de combustibles, las bicicletas son el medio de transporte más popular.

En esos momentos surgió la solidaridad de la China continental, otrora considerada "enemiga", cuando nadie osaba aquí contradecir la línea internacional impuesta en Moscú.
El gobierno de Beijín donó al pueblo cubano miles de bicicletas para que pueda paliar en algo el problema del transporte.
Con las escasas divisas el gobierno cubano también tuvo que importar estos vehículos.
Entonces se establecieron prioridades para adjudicar las bicicletas a los trabajadores, según tuvieran que recorrer grandes distancias para el cumplimiento de sus labores diarias.
En nuestros recorridos por La Habana nos informaron que el Estado adjudica una bicicleta a cada trabajador que lo necesite con mayor urgencia y el valor del vehículo le es descontado proporcionalmente de sus haberes.
Para el visitante es un espectáculo impresionante ver cada mañana o por las tardes miles y miles de hombres y mujeres de todas las edades movilizándose en bicicleta por las grandes avenidas de La Habana.
Pero no hay suficientes bicicletas para la población habanera y, consecuentemente, se ha producido una gran demanda de este medio de transporte no tradicional.
También ha aparecido un mercado negro de bicicletas y algunos casos de robos, pero estos son aislados.
El Estado cubano no se ha quedado con los brazos cruzados, ahora se fabrican bicicletas cubanas y se dice que estas son de excelente calidad.
El uso de la bicicleta ha generado nuevos problemas en la ciudad, pero también tiene sus ventajas.
Médicos y deportistas cubanos opinan que la costumbre de caminar varias cuadras de distancia o de viajar en bicicleta es beneficioso para la salud de la población.
Los accidentes de tránsito se han incrementado en cierto modo en la Habana, pero éstos no son provocados como en Lima por los automovilistas imprudentes o ebrios, sino por los ciclistas.
Gran parte de la población no conoce las reglas de tránsito. Los jóvenes son muy imprudentes y sus maniobras temerarias en los cruces de las avenidas son un verdadero dolor de cabeza para los conductores de automóviles, camiones y ómnibus aquí llamados "guaguas".

"Guagua" de La Habana. 1993
"GUAGUA". Ómnibus atiborrado de pasajeros se desplaza por La Habana.

Pero en 34 años de revolución el pueblo cubano ha avanzado mucho en el campo de la educación de masas.
Frecuentemente recorre las calles más transitadas de la ciudad personal encargado de velar por la orientación y la educación vial que, sirviéndose de altavoces, orientan a los ciclistas y les invocan a cumplir con las normas de tránsito.
Otra gran ventaja que ha traído la escasez de la gasolina es la descontaminación ambiental.
Existen muy pocas "guaguas" en La Habana. De allí que los que no tienen bicicleta tienen que salir de sus puntos de partida con mucha anticipación y esperan impacientemente en los paraderos para poder abordar uno de esos vehículos.
la gente viaja apretujada en las "guaguas", gente de toda edad, especialmente los jóvenes, van hasta colgados de los estribos de esos buses.
El costo del pasaje es simbólico. Cada pasajero paga un centavo de peso cubano al que llaman "kilo".
Frecuentemente, una buena cantidad de pasajeros no pagan el pasaje. No porque no tenga un "kilo" sino porque la congestión de pasajeros es tal que no hay forma de cobrarlo.
Los automóviles particulares tienen la gasolina restringida, pero este racionamiento ha dado origen también a la especulación en el mercado negro.
Muchos son los que se las ingenian para conseguir más gasolina de la que el Estado les asigna. Este es otro quebradero de cabeza para las autoridades.
Los taxis son muy caros en La Habana y a ellos mayormente tienen acceso los extranjeros, porque los taxistas cobran sus servicios en dólares.
El servicio de taxis pertenece al Estado y está administrado por el Instituto de Turismo y la empresa llamada Cubanacán. Estos vehículos cuentan con modernos taxímetros.
Un taxi del centro de la ciudad hasta el aeropuerto internacional José Martí suele cobrar entre 10 y 15 dólares.
Un servicio de taxi entre La Habana hasta la famosa y paradisiaca playa de Varadero, cuesta hasta 120 dólares para varias personas.
Aquí también se ha producido un incipiente mercado informal. Algunos automovilistas particulares, los que pueden conseguir más gasolina del cupo que les corresponde, prestan servicio de taxi a precios inferiores.
Las llantas y los repuestos para carros son muy escasos y caros.
La gran mayoría de automóviles utilizan llantas con cámara, las mismas que tienen menos duración y sufren frecuentes ponchaduras.
Es frecuente encontrar en las calles a un apesadumbrado y maldiciente automovilista con la llanta de su carro reventada.
- ¡Se me ponchó la goma chico!, hay que llevarlo a la ponchera.
"Poncheras" son llamados los establecimientos que aquí llamamos reencauchadoras de llantas.

Picadillo con Frejoles
El otro gran problema que aflige al pueblo cubano es el de la escasez de alimentos básicos, lo cual ha originado un severo racionamiento.
Pese a ello, el hambre, la desnutrición y sus letales consecuencias no han aparecido ni siquiera en casos aislados.
¿Cómo se explica esto?
La respuesta es sencilla: Cuando aparece una grave escasez de alimentos en un país capitalista, las clases adineradas aseguran rápidamente su aprovisionamiento. La especulación de sobreprecios y el acaparamiento campean rápidamente en los sectores medios y las grandes mayorías empobrecidas son víctimas del hambre y las enfermedades".
En la sociedad cubana, el Estado ha enseñado al pueblo desde hace más de tres décadas a compartir por igual tanto en abundancia como en escasez.
No es nada fácil aceptarlo cuando uno tiene hábitos individualistas y piensa solamente en salvarse por su cuenta.
En la Cuba del "periodo especial" que vive hoy, hay aguda escasez de carnes, huevos, leche, harinas.
Ya pasó la época de las "vacas gordas" donde las tiendas estaban repletas de estos productos provenientes de los excedentes de producción de la Unión Soviética y de los estados socialistas desaparecidos en la Europa del este.
Entonces el Estado ha determinado que la leche debe estar asegurada a razón de un litro diario para los niños menores de 7 años de edad.
Esto tiene relación con los estudios pediátricos que han determinado que los primeros cinco años de vida del ser humano son decisivos para el futuro potencial físico e intelectual.
Igualmente se ha procedido con las carnes.
Los especialistas cubanos han establecido una dieta mínima para los adultos.
En este país existe un potaje típico llamado "picadillo" que consiste en carne picada de res, ave o pescado y condimentada con otros ingredientes.
Es muy parecido al picadillo de paiche que los peruanos sabemos saborear en nuestros pueblos de la Amazonía.
Los nutricionistas han enriquecido al "picadillo" cubano con un agregado de soya y otros productos nutrientes.
La "dieta basal" o "menú del periodo especial" de los cubanos también está compuesta de una ración de arroz y otra de frijol negro.
Con arroz y frijol negro se prepara el típico arroz congrí o arroz moro, aunque por la escasez ahora casi nunca lleva carne de cerdo.
El plátano siempre está presente en la mesa de los cubanos. Hay varias formas de prepararlo, una de ellas constituye el famoso "tostón" que son rodajas de plátano machacadas con la mano dentro de un mantel o un pedazo de papel y luego fritas.
Tanto las raciones de alimentos como la ropa, zapatos y otros productos indispensables son adquiridos por los cubanos en las tiendas del Estado que ahora lucen casi siempre semivacías.

Bodega vacía en Cuba. 1993
ESTANTES VACÍOS. Una realidad dramática comprendida por la población como un periodo de austeridad necesario para remontar la crisis.

Para adquirir productos por este sistema hay que tener una libreta de abastecimiento donde se controla que todos reciban lo que les corresponde.
Los diplomáticos, técnicos extranjeros, turistas, etc., no sufren el impacto del duro racionamiento.
Ellos pueden abastecerse de todo lo que deseen en tiendas especiales llamadas "diplotiendas" (tiendas para diplomáticos) y en los bazares de los buenos hoteles de turistas que existen en esta ciudad y en el resto del país.
Aquí también ha surgido lo que podríamos llamar el "ingenio criollo" de los cubanos.
Si un cubano ha logrado conseguir dólares por trabajos extras u otros medios, buscan relacionarse con un extranjero para que puedan adquirir productos que no hay en las tiendas del Estado.
En los establecimientos para extranjeros solamente se atiende con la presentación del pasaporte pero, como en todas partes del mundo se cuecen habas, aquí también hay forma de tomar un atajo y alcanzar "lo prohibido".


Limpieza y tradición
¿Qué pasaría en Lima si de pronto se produjera el racionamiento energético que castiga hoy a Cuba por obra y gracia del bloqueo económico norteamericano y de la caída de la Unión Soviética?
Si ahora el problema de la limpieza pública, con su secuela de grandes basurales y alta contaminación de playas y del río Rímac, es una enfermedad poco menos que incurable; imaginemos la catástrofe que significaría quedarnos sin gasolina.
Sin embargo, ciudades como La Habana y Santiago de Cuba permanecen limpias, pese a la escasez de combustible para movilizar a los camiones recogedores de basura.
Frente a la emergencia, el gobierno cubano ha apelado a la creatividad y al alto grado de educación de su pueblo.
Los habaneros son muy disciplinados para depositar los desperdicios domésticos en originales cochecitos de metal con ruedas que hacen recordar a los pequeños vagones que utilizan los mineros para sacar mineral de los socavones al exterior.
El problema es que por la escasez de gasolina ahora no se pueden utilizar los camiones recolectores.
Entonces se recurre ahora a un tractor o un vehículo que utiliza petróleo diésel al cual están enganchadas una o dos tolvas que sacan la basura de la ciudad.
El ornato ha sido un tanto descuidado, pero no por negligencia, sino por la escasez de pinturas y resinas.
Sin embargo, hay mucho contraste entre lo que es ahora La Habana Vieja y la llamada Lima Cuadrada.
Y conste que ambas ciudades han sido consideradas por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.


Cola de esperanzas
Las colas son manifestaciones íntimamente vinculadas a todo tiempo de escasez y racionamiento, aquí en La Habana como en cualquier parte del mundo.
Pero las colas de esta hermosa ciudad tienen sus propias características.
Los habaneros hacen colas para tomar una "guagua" (ómnibus) y, como gustan muchísimo de los helados, no dudan en formar una larguísima cola y esperar hasta una hora para poder disfrutar de esa refrescante golosina.

Cola para comprar hamburguesas. Cuba 1993
A LA COLA. Habitual escena en un restaurante estatal.

Y no hablemos de la barahúnda que se produce cuando en alguna tienda del Estado se ponen a la venta hamburguesas.
Con su característico hablar nasal y atropellado, hombres y mujeres se disputan a gritos una buena ubicación en la cola. Los cubanos son fanáticos de las hamburguesas, más aún en este periodo de escasez de carne.
También se observan colas en los cinemas de La Habana cuando se ofrecen festivales de grandes películas.
El habanero es cinéfilo. No obstante que la inmensa mayoría tiene televisor, refrigeradora, y otras modernas comodidades domésticas, ellos gustan mucho de asistir a los festivales de cine.
Cuando lo hacen van en pareja o con toda la familia, vestidos con sus mejores trajes. es todo un acontecimiento para ellos.



Fotos: César Terán Vega

Artículos anteriores sobre Fidel Castro y Cuba:
- Cuba correrá el riesgo de buscar nuevos mercados (6 de marzo de 1993).

sábado, 6 de marzo de 1993

Cuba correrá el riesgo de buscar nuevos mercados

- Se abrirán las puertas al capital extranjero
- Apertura económica es una gran preocupación para Fidel Castro

DESDE LA HABANA.- En un esfuerzo por propiciar una apertura política sin precedentes y en medio de las asechanzas derivadas del derrumbe total de la Unión Soviética y del bloque de Europa del Este, el gobierno socialista que encabeza desde hace 34 años Fidel Castro busca ahora vencer solo al implacable bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.
Y en esta hora dramática signada por una aguda escasez de combustibles, alimentos básicos, repuestos e insumos para la industria, el 24 de febrero culminó aquí con un respaldo popular masivo irrefutable en un proceso electoral que, por primera vez, permitió a todos los cubanos mayores de 16 años elegir directamente a 589 diputados de la Asamblea Nacional y 1,200 delegados ante las Asambleas Regionales.

El mismo día 24, al culminar las elecciones que tuvieron, por cierto, características muy distintas a los tradicionales comicios de las democracias representativas del mundo capitalista, el propio Fidel Castro admitió ante más de 100 periodistas extranjeros venidos de más de 70 países que, en el campo económico, su gobierno se propone abrir las puertas al capital externo y buscar nuevos mercados que le permitan romper el asfixiante aislamiento.

Fidel Castro. 1993
CON LA PRENSA. Fidel Castro invita a los periodistas extranjeros a dialogar con el pueblo para que comprueben el apoyo masivo que tiene su gobierno, pese al duro bloqueo mantenido por Estados Unidos contra la isla.

Esta doble estrategia (política y económica) tuvo su punto inicial en los acuerdos del IV Congreso del Partido Comunista de Cuba que se celebró aquí en 1991.
Ese congreso, calificado por el poderosos Comité Central de PCC, como "el más democrático", propició que el 2 de noviembre del año pasado se aprobara una nueva Ley Electoral.
Por primera vez desde que triunfó la revolución cubana esa ley establece la realización de elecciones periódicas para elegir a los miembros del Parlamento o Asamblea Nacional del Poder Popular y a los delegados ante las Asambleas Regionales y Municipales.
El artículo 1º del mencionado dispositivo (Ley Nº 92) consagra también la institución del referéndum como mecanismo de consulta popular.
A diferencia de lo que pretenden en el Perú el presidente Alberto Fujimori y su mayoría parlamentaria (otorgar al Presidente de la República la facultad de convocar a un referéndum), el Estatuto Electoral cubano dice:
"Esta Ley regula...d).- La votación de los referendos convocados por la Asamblea Nacional del Poder Popular".
Minutos después de votar en su distrito de Santiago de Cuba el día 24 por la mañana, el comandante Fidel Castro dijo a La República que, precisamente, será la nueva Asamblea Nacional la que decidirá en el futuro los temas que podrían motivar la convocatoria eventual de uno o más referendos.
Le preguntamos entonces si esos referendos también podrían ser convocados por iniciativa popular como suceden en otros países.
Castro no admitió ni descartó esa posibilidad y dijo que tendría que analizar el tema más detenidamente para dar una respuesta definitiva.
La importancia de esta apertura o avance democrático dentro del modelo socialista cubano radica, según lo han reconocido la prensa internacional y organismos como el parlamento Latinoamericano, en que, por primera vez en 34 años de revolución, se establece que para más de 7 millones de ciudadanos con capacidad de elegir y ser elegidos en este país, "el voto es libre, igual y secreto".
Otro detalle que debe interesarnos a los peruanos, ahora que estamos en pleno proceso de reforma constitucional, es que el artículo 3º de la Ley Electoral cubana otorga el derecho a voto a los miembros de las fuerzas Armadas.
Ese artículo dice textualmente: "Todos los cubanos, hombres y mujeres, incluidos los miembros de los institutos armados, que hayan cumplido los 16 años de edad, que se encuentren en pleno goce de sus derechos políticos, y que no estén comprendidos en las excepciones previstas en la Constitución y la ley, tienen derecho a participar como electores en las elecciones periódicas y referendos que se convoquen".
De acuerdo al texto legal, las próximas elecciones serán convocadas aquí dentro de dos años, para elegir a los delegados a las asambleas locales o municipales y dentro de cinco años para elegir a los nuevos miembros de las asambleas regionales y de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
También se dispuso y se cumplió, ante la atenta mirada de los periodistas extranjeros, que el escrutinio o recuento de los votos sea en acto público y no a puerta cerrada como se acostumbra en el Perú.
En gesto simbólico, orientado sin duda a desmentir las acusaciones del gobierno de los Estados Unidos en el sentido de que en Cuba impera una dictadura militar dura y policiaca, las autoridades cubanas dispusieron que las ánforas donde los ciudadanos depositaron su voto estuvieran bajo la "vigilancia" de niños en edad escolar llamados aquí "pioneros".
Muchos periodistas de medios de comunicación cuya posición frente al régimen de Castro es muy crítica, sobre todo aquellos provenientes de Estados Unidos y sus aliados Gran Bretaña, Alemania, Francia, quisieron cuestionar el proceso electoral por la ausencia de la clásica contienda entre candidatos, jalonada por polémicas virulentas y campañas publicitarias millonarias.
Otros también criticaron el hecho de que no se consideraban como válidos los votos blancos y nulos.
Inclusive, un grupo de periodistas extranjeros prefirieron seguir el proceso electoral en esta ciudad y no en Santiago de Cuba donde votaron y postularon Fidel Castro, su hermano Raúl y otros altos dirigentes del Comité Central de PCC.
Era evidente que quienes prefirieron quedarse en La Habana buscaban compulsar y cuantificar un supuesto descontento creciente y masivo de la población habanera con el gobierno socialista de Fidel Castro.
El índice de ausentismo, votos nulos o blancos en La Habana, sin embargo fue reducido: 10 por ciento.

Elecciones en Cuba 1993
PARTICIPACIÓN POPULAR. Cubanos de diversas edades participaron de los comicios.

En cambio la concurrencia a las urnas a nivel nacional fue de 99,6 por ciento, según informó 48 horas después de cerrados los escrutinios el ministro de Justicia y presidente de la Comisión Nacional Electoral, Carlos Amat.
Hubo otras diferencias muy marcadas entre estos comicios y los de otros países.
En principio la propaganda electoral desarrollada por el Estado bajo la conducción del propio Fidel Castro se centró en un solo objetivo: lograr una votación abrumadora, contundente y pedir al pueblo cubano que no votara a favor de determinados candidatos y en contra de otros sino ¡por todos!
Fue la consigna del "voto unido" agitada como un grito de guerra por Fidel, los dirigentes principales del Comité Central del PCC, por los líderes de la juventud cubana, de las organizaciones femeninas y repetida con fervor por miles y miles de hombres y mujeres que participaron en manifestaciones multitudinarias.
¿Cuál fue el objetivo de esta campaña tan sui generis y tan incomprendida por algunos periodistas de los países desarrollados?
Fidel Castro respondió a esta interrogante en un conversatorio en el que participó conjuntamente con tres destacados periodistas cubanos y que fue trasmitido por la televisión en toda la isla:
- Era necesaria -dijo Fidel- una respuesta contundente y definitiva a los enemigos de la revolución que alimentaban el bloqueo y nos acusan de dictadores y de gobernar contra nuestro pueblo.

Mitin en Cuba 1993
MASA. La juventud cubana expresó en las elecciones su rechazo al bloqueo.

Según el conductor de la revolución cubana, esa respuesta contundente a Estados Unidos solamente era posible logrando una votación muy alta y eligiendo a todos los candidatos propuestos por los propios electores en un proceso que se inició en octubre del año pasado.
Cabe anotar que, de acuerdo a la Ley Electoral, para ser elegido diputado o delegado a una asamblea regional o municipal es necesario alcanzar por lo menos la mitad más uno de los votos válidos.
La gran preocupación del gobierno era que si los electores se inclinaban por tales o cuales candidatos el voto se iba a dispersar y muchos candidatos no serían elegidos por no alcanzar el porcentaje mínimo.
Los opositores al régimen expresaron entonces que las elecciones serían un engaño pues se estaba presionando a los electores para que votaran por todos los candidatos, supuestamente impuestos por el gobierno de Fidel Castro.
Fidel y las autoridades regionales de las provincias de La Habana y de Santiago explicaron que el proceso electoral, "único en el mundo y el más democrático que existe", empieza en los barrios y manzanas de cada ciudad o localidad con la elección vecinal de los primeros candidatos a delegados municipales.
Luego, el 20 de diciembre, se llevó a cabo otro proceso similar para elegir a los candidatos a delegados ante la Asamblea Regional del Poder Popular de cada provincia.
Así, sucesivamente, continuó el proceso hasta elegir a los 589 candidatos para el nuevo parlamento o congreso, llamado de acuerdo a la Constitución cubana, Asamblea Nacional del Poder Popular.
Fidel Castro aclaró también que en este proceso no intervino el Partido Comunista de Cuba y que fue el pueblo el que eligió a sus candidatos desde las propias bases, escogiendo para ello a los miembros de su comunidad con mayores méritos.
El ministro Carlos Amat, al dar los resultados de las elecciones, informó que la mayoría de los candidatos son miembros del Partido Comunista.
Fidel dijo luego ante las cámaras de televisión que esta información, lejos de avergonzar a los miembros de PCC, tiene que llenarlos de orgullo y satisfacción.
En sus encendidos discursos, en sus declaraciones anta la prensa internacional, en sus posteriores reflexiones y balances, el líder cubano recalcó siempre que el sistema socialista implantado en Cuba no permitiría nunca las campañas electorales que se llevan a cabo en los países capitalistas.
"Aquí nuestros candidatos son elegidos por nosotros mismos, por conciencia propia, sin presiones de ninguna clase y no como en otros países donde ganan los candidatos millonarios que pueden financiar fabulosas campañas electorales", manifestó en Santiago de Cuba.
De acuerdo a la información oficial, de los 589 diputados electos ante el nuevo Parlamento, 18 son campesinos, 237 trabajadores de la salud, 34 maestros, 39 investigadores científicos, 10 estudiantes, 11 juristas, 13 escritores y artistas, 11 periodistas, 19 miembros de las Fuerzas Armadas, 8 funcionarios del Ministerio del Interior, 42 dirigentes del Partido Comunista de Cuba, 15 miembros de los órganos locales del poder Popular, dos pastores religiosos, entre otros.
La presencia de estos últimos también es consecuencia de la apertura del Partido Comunista hacia la religión expresada en una resolución del IV Congreso.
Ahora ya se puede en Cuba ser militante del PCC y a la vez profesar una religión.

El Fantasma del Consumismo
Parafraseando el Manifiesto Comunista lanzado por Marx y Engels, que decía que "un fantasma recorre Europa: el comunismo", podríamos decir ahora que la sombra del fantasma del consumismo amenaza extenderse por todo Cuba y acabar con una de las últimas trincheras socialistas que quedan en el mundo.
Y es que, pese a la avasalladora victoria electoral del "voto único" en Cuba, el durísimo bloqueo económico y comercial mantenido por Estados Unidos y agudizado por el derrumbe de los demás países socialistas, está obligando al gobierno cubano a flexibilizar su política económica y su modelo sociopolítico.
El propio Fidel Castro expresó, con toda franqueza y sin ambages, sus preocupaciones en torno a las consecuencias que puede traer una política de apertura económica en este país.

Fidel Castro. 1993
PREOCUPADO. Castro confiesa sus inquietudes por la obligada apertura del régimen. (Foto: César Terán).

El líder cubano recalcó que la fuerza de Cuba radica en el fervoroso e insobornable apoyo de su pueblo a la revolución socialista y sus conquistas en los campos de la alimentación, la salud, la ciencia y la educación.
Pero también admitió que el impulso del turismo implica serios riesgos como los brotes consumistas que se manifiestan en el ejercicio de la prostitución, el mercado negro, el robo y otras lacras en un sector minoritario y lumpen principalmente de La Habana.
El turismo en Cuba ha entrado en una marcha creciente que podría llegar hasta el florecimiento como industria y fuente de divisas.
El gobierno cubano ha abierto las puertas al capital extranjero, pero en forma aún tímida y con tendencia progresista.
En el campo del turismo, por ejemplo, se ha celebrado convenios con empresas españolas con mucho prestigio y experiencia en ese campo.
Sin embargo, este fenómeno tiene sus riesgos e inconvenientes para el futuro del modelo socialista cubano.
Esto se refleja en detalles que no tienen importancia aparente, pero que entrañan muchas interrogantes para el futuro.
Por ejemplo, una de las grandes dificultades para el desarrollo del turismo en Cuba era la deficiente atención que existía en los hoteles , restaurantes, servicios de taxi, espectáculos públicos, etc.
Aquí se produjo entonces el viejo enfrentamiento entre la competencias de la empresa privada como motor del desarrollo según la óptica capitalista y la igualdad social como ideal socialista.
Y frente a la dureza del llamado "periodo especial" por el que atraviesa Cuba, el gobierno se ha visto obligado a transigir y flexibilizar su modelo.
Debido a las deficiencias en los servicios turísticos, ha tenido que recurrir a los incentivos y autorizar la propina para los trabajadores de ese sector.
Antes recibir propina en dólares de un turista era delito en este país donde las sanciones contra la corrupción son muy severas e inflexibles.
En la noche del 24 de febrero, Fidel calificó a la propina como un "invento diabólico del capitalismo", pero reconoció que era necesaria para incentivar a los trabajadores de los servicios turísticos.
"La hemos autorizado experimentalmente, para ver que pasa", dijo Fidel y anunció que, posiblemente, se tengan que abrir tiendas especiales para que los trabajadores puedan comprar lo que deseen con el producto de sus propinas en moneda extranjera.
No se sabe que podrá ocurrir cuando los trabajadores de otros sectores productivos vean que ellos aceptan disciplinadamente el racionamiento alimentario y pasan muchas penurias para conseguir aunque fuera una libra de carne de res o un pequeño tarro de leche condensada, mientras que un sector laboral adquiere por primera vez un privilegio desconocido en 34 años de revolución socialista.

Guarapera Cuba 1993
NO SE PUEDE OCULTAR LOS PROBLEMAS. Los efectos de la nueva coyuntura internacional y la apertura al turismo son evidentes, pero la mayoría de la población se identifica con el gobierno socialista y está dispuesto a defenderlo.

Pero la apertura económica podría aún tener una mayor envergadura en Cuba en el mediano plazo .
Irene Jarry, la periodista del diario conservador de París, Francia Le Figaro, le preguntó a Fidel en Santiago de Cuba si es que su gobierno no estaba dispuesto a seguir los pasos de China Comunista en la aplicación del llamado socialismo de mercado.
Contra lo que la propia Irene había pronosticado, Fidel Castro habló con mucho respeto de la experiencia china y reveló que el gobierno cubano está observando "con mucho interés" los pasos del socialismo de mercado.
Sin embargo, dijo que hay una abismal diferencia entre la realidad cubana y la de China comunista.
"China no es un país bloqueado como Cuba. Nosotros estamos aún muy lejos como para ensayar un socialismo de mercado, no estamos preparados para ello", argumentó Castro.


Dependencia ante la URSS fue exagerada
- Castro reconoce que revolución se equivocó

Reflexionando en voz alta frente a toda la prensa del mundo, Fidel Castro explicó que el impacto del bloqueo norteamericano es muy duro para el pueblo cubano porque la revolución se equivocó al caer en una exagerada dependencia de la Unión Soviética.
Muchos de los presentes interpretaron esta reflexión como una autocrítica tardía, pero también como una necesaria rectificación.
Cuando nadie podía imaginar siquiera la debacle soviética, Moscú nunca permitió que Cuba desarrollara su propia ganadería y otras fuerzas productivas potenciales.
¿Para qué? decían los jerarcas del Kremlin si a Cuba se le aprovisionaba de carnes, leches y grasas en cantidades más que suficientes para las necesidades de su población.
La URSS siempre cuidó que sus aliados menos poderosos en lo posible sean monoproductores para asegurar una dependencia permanente y "leal".

Mujeres cubanas 1993
INGENIO. Estas mujeres cubanas siembran hortalizas en lo que era el jardín de sus viviendas.

Preciso es recordar que ya en los albores de la revolución cubana se produjo un enfrentamiento en torno a este modelo de dominación soviético.
El Che Guevara, por entonces ministro de Industrias del naciente estado socialista de Cuba, defendía la tesis del autosostenimiento de la isla, tesis que no fue vista con buenos ojos en los soviéticos.
Luego de la caída de la URSS y viéndose "sola contra Roma", Cuba ha asumido ahora muchos desafíos, como es el caso de desarrollar su propia ganadería y diversificar su producción agropecuaria sin abandonar su liderazgo azucarero.
Pero el desafío más grande, similar al que asumió David frente a Goliat, es el de romper o por lo menos aflojar el bloqueo y por ello es que ha tenido que replantear su estrategia política y económica. Los resultados de esta doble apertura se verán en los próximos meses.



Artículo publicado en el diario La República, el 6 de marzo de 1993.
Fotos: César Terán Vega