domingo, 14 de marzo de 1993

Fidel habla de Fidel

DESDE LA HABANA.- Al drama que sufre Cuba socialista como consecuencia del derrumbe de la Unión Soviética y del endurecimiento del bloqueo norteamericano, se añade otra gran preocupación que pocos cubanos la expresan en público, pero que todos sienten que vendrá tarde o temprano: el problema de la sucesión de Fidel Castro.
En la conferencia de prensa que ofreció Castro la semana pasada a más de 100 periodistas de todo el mundo, en el acogedor hotel de turistas de Santiago de Cuba, una pregunta dirigida “a boca de jarro” por un periodista uruguayo permitió que el gobernante de la isla socialista abordara el tema con toda franqueza, sin ambages. Temas como el de la muerte política y la muerte biológica de un líder.

Fidel Castro

Allí pudimos observar de cerca a un Fidel Castro fatigado por tan intenso trabajo desplegado al frente de una revolución acechada por mil peligros a lo largo de 34 años.
Él mismo reconoció el peso de tan largo e intenso trajín revolucionario. Con el rostro circunspecto, surcado por las arrugas de sus 66 años, expresó su esperanza de que surja alguien “mejor que yo” cuando llegue el momento de entregar la posta del poder en el máximo cargo político y militar del Estado cubano.
Los reporteros de la famosa BBC de Londres tergiversaron sus declaraciones al día siguiente, afirmando que Fidel Castro había anunciado retirarse del gobierno en el plazo de cinco años. Pero él no había dicho eso.
Se mostró fatigado y hasta preocupado, pero en modo alguno con ánimo de renunciar a la lucha en momentos tan difíciles para su país.
El día anterior, un periodista cubano que siempre le sigue los pasos a Fidel en su intenso trajín cotidiano, nos contó que aun los jóvenes que asesoran a Castro se agotan en las tareas diarias antes que él.
“Tiene una vitalidad bárbara, pese a sus 66 años, duerme apenas cuatro horas y desde que se levanta hasta el anochecer, trabaja sin tregua, visitando fábricas, dando conferencias, solucionando problemas, sosteniendo entrevistas con personalidades y gobernantes extranjeros, viajando por todo el país”, refirió.
- ¿Qué pasa, comandante, si mañana usted muere o si la CIA logra asesinarlo como lo ha venido intentando en 34 años? Le preguntó el reportero uruguayo.
Castro sonrió con ironía y suscitó las sonrisas de los periodistas extranjeros.
Pasó la palma derecha sobre la amplia frente y expresó su esperanza de que llegado ese caso, pudiera surgir algún gran líder como él y que ahora permanece escondido porque no quiere asumir aún las responsabilidades que corresponden al legendario Fidel Castro.

Hombre de mucha fe
Lo cierto es que hasta ahora no aparece ningún líder con la fuerza y el magnetismo de Fidel, a quien el pueblo sigue brindándole un apoyo casi incondicional pese a los duros efectos de la crisis económica en toda la isla.
Pero Castro es un hombre con mucha fe y con muchas convicciones, por eso también manifestó que confía en que la naturaleza lo seguirá privilegiando con esa vitalidad propia de un hombre de 40 años.
Un periodista de la televisión norteamericana volvió a la carga sobre el mismo tema, pero antes le pidió que explicara por qué el pueblo cubano soporta tanta escasez alimentaria y tanta estrechez económica. Fidel contestó:
- El hombre no solo actúa por intereses de tipo material. Los valores morales tienen para el hombre un significado extraordinario. Es por eso que en el proceso revolucionario hemos tratado de inculcar ideas y valores a nuestro pueblo, a pesar de que en el mundo se subestiman las ideas, sobre todo en el mundo capitalista, por eso es que hemos inculcado ideas y principios a nuestros jóvenes y una buena prueba de ello es que cientos de miles de nuestros jóvenes participaron en misiones internacionales de solidaridad con otros pueblos.
- ¿Se retirará usted del poder al cabo de cinco años cuando termine su mandato y representación ante la Asamblea General, ante la cual ha sido elegido diputado?
- Me hace una pregunta personal. Espero que mis compatriotas no me exijan y que al cabo de cinco años yo sea postulado otra vez como candidato. Yo me considero un esclavo de mis deberes, soy un esclavo de la revolución. Espero que las condiciones que atraviese mi país dentro de cinco años sean diferentes a las de ahora. Aceptar ahora mi retiro en pleno periodo especial sería algo imposible. Pero si esta situación tan difícil llega a desaparecer, me sentiría con derecho a protestar, pero aún si subsistiera el periodo especial, espero que mis compatriotas comprendan que otros también pueden hacerlo mejor, mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo.
El tiempo pasa y hasta los corredores de maratón se cansan. Esta carrera para nosotros ya es bastante larga, ha sido un privilegio conocer tantas experiencias, tantas vivencias.
Ha sido una carrera maravillosa, pero larga...¡muy larga!...mucho más que aquella que, en la historia griega, le costó la vida a aquel corredor que fue a llevar la noticia de la victoria después de correr 42 kilómetros. Yo creo que he recorrido ya más de 42 kilómetros en esta maratón revolucionaria.

Confianza en los jóvenes
- Permítame pedirle una pequeña aclaración comandante. Entonces espera usted seguir siendo presidente más allá de cinco años. ¿No es así?
- Ojalá no sea necesario trabajar otros cinco años en las condiciones de trabajo que tenemos, es algo muy duro y agotador. Por otro lado están las leyes naturales de la vida, todos somos seres biológicos. Pasa el tiempo, pasan los años. Tendría que esperar que la naturaleza me privilegiara aún más para poder seguir sirviendo a mi pueblo. Mi trabajo personal es lo que menos me importa en esta lucha. Lo que me importan son las ideas, la justicia que he estado defendiendo en nombre de la Patria y la Revolución. Es obvio que por esos valores y por esas ideas estoy dispuesto a sacrificarlo todo y, entre todo lo que estoy dispuesto a sacrificar, como también están dispuestos a hacerlo millones de compatriotas, está, por supuesto, la vida.
Julio César Alonso, de la televisión portuguesa, le preguntó:
- Entre los candidatos elegidos hay gente muy joven, ¿quiere decir que su gobierno se está preocupando de garantizar la continuidad de la revolución?
- Entre los elegidos hay una mayoría de dirigentes nuevos y quedamos algunos de nosotros que no somos tan viejos (risas). La gente nueva está también en la alta dirección de la revolución. La revolución cubana se enorgullece de tener tanto joven en cargos de gran responsabilidad. No hay que olvidar que los que empezamos la revolución éramos muy jóvenes, algunos casi adolescentes. Cuando el ataque al cuartel de Moncada, yo era el más “viejo”, tenía 26 años. La tarea que hicimos nosotros sólo la pudo hacer gente joven, y por eso es que ahora confiamos en la capacidad revolucionaria de nuestros jóvenes.
El mismo día de las elecciones cubanas, Castro dio a los periodistas extranjeros una muestra de su capacidad de trabajo. Desde muy temprano estuvo recorriendo las mesas electorales para ver que todo marchara bien.
A las 10 de la mañana fue a votar a un local escolar del distrito José Martí de Santiago. Luego de sufragar, aceptó conversar informalmente con los periodistas por más de una hora.
Allí permaneció de pie rodeado por una impresionante cantidad de hombres de prensa “armados” con cámaras fotográficas, filmadoras de TV, grabadoras, reflectores, etc.
Respondió todas las preguntas y se permitió bromear como viejos amigos con más de un periodista.
A las 3 de la tarde nos invitó a viajar al pueblito de El Cobre a unos 50 kilómetros al este de Santiago.
Bajo una refrescante llovizna, volvió a enfrentarse a los periodistas por una hora más en la placita del pueblo. Esta vez lo hizo en presencia de una delirante multitud que lo aclamaba.
Fidel llamó a varios pobladores para que respondieran algunas de las preguntas que le estaban haciendo a él. Por la noche nos recibió en el auditorio del hotel Santiago y accedió a responder 25 preguntas con sus respectivas repreguntas por cerca de dos horas.
Cuando dio por terminada la conferencia, pidió disculpas por no poder responder más de 60 preguntas que faltaban, pero nos dijo:
- No sería justo prolongar esta jornada tan intensa, ustedes también tienen derecho a descansar.



Artículo publicado en el suplemento Cartel del diario El Popular el 14 de marzo de 1993

Artículos anteriores sobre Fidel Castro y Cuba:
- Retrato de Fidel (7 de marzo de 1993).
- Cuba correrá el riesgo de buscar nuevos mercados (6 de marzo de 1993).

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