María de Jesús Vásquez Vásquez. Mito y leyenda para todas las generaciones. Amiga entrañable que arrulló y cobijó mis ilusiones cuando hacía mis primeras armas periodísticas.
Reyna y Señora de la Canción Criolla, ella encarna plenamente nuestra múltiple peruanidad. La auténtica esencia de lo criollo, es decir, del mestizaje, esa emulsión de razas, pisos ecológicos, cumbres y profundidades, idiomas, sinfonías, desafíos, tragedias, triunfos y esperanzas que componen el Perú.
María de Jesús, nacida en el cuartel primero de la Lima de ancestros virreinales, y a la vez heredera de sangres y tradiciones andinas, con padre chotano (Cajamarca) y mamá huancaína (Junín), cuando cantaba y encantaba hacía sacar pecho a los criollos limeños "puros", señorones de pura cepa, exclusivos y excluyentes.
Será muy difícil encontrar un manantial límpido y cristalino como tu voz divina, aquel canto sublime que le infundía vida propia y renovada a las románticas y desesperanzadas endechas de los Pinglo, de los Pablo Casas, los Manuel Acosta Ojeda, Cavagnaro, Polo Campos y tantos juglares y poetas de nuestro romancero costeño.
Escuchar tus valses jaraneros -pletóricos de amor, de vida y de nostalgia- será siempre un deleite para el alma nacional que crecerá en el tiempo y derrotará a los olvidos absurdos de la mediocridad.
Reina de Reinas, Señora de Señoras. Por siempre seguirás siendo nuestra Pasionaria, esa flor ardiente, melodiosa y perfumada, que alimenta las alegrías y consuela las penas de nosotros, habitantes soñadores del país de tus amores.
Sábado de Gloria, 4 de abril 2010
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