sábado, 28 de diciembre de 2013

La dueña del sol

Hay noticias que deslumbran o sorprenden, otras que indignan y hay aquellas que nos hacen reír a carcajadas. Esta creo que tiene todos esos ingredientes juntos, y conste que no es un chiste gallego.

Una ciudadana de Vigo, España, ha comprado el sol. Sí, nos referimos al astro rey, nada menos. Ahora exhibe título notarial de propiedad y se dispone a iniciar otras acciones legales para cobrar un canon a todo aquel que utilice la energía solar.

Bueno, creo que si los españoles esta vez están utilizando a la doña para iniciar otra aventura de conquista, y así solucionar su peliaguda crisis económica, están condenados al fracaso absoluto.
 

El Inca emprador, hijo del Sol
Los tiempos han cambiado enormemente, señores. Ya no es tan fácil descubrir imperios, someterlos bajo el cetro de su Rey y luego de saquear todos sus tesoros, torcer la historia diezmando a las etnias nativas o alentando un mestizaje de tales dimensiones que ahora millones de peruanos no sabemos a ciencia cierta si descendemos de Inga o de Mandinga. Los conquistadores nos cholificaron para siempre, pues.

El argumento jurídico de la pretendida propietaria, dice a la letra: "...la adquisición de la propiedad referida constituye una aprehensión electromagnética y radiactiva, al no existir ni conocerse en cinco mil millones de años propietario alguno hasta la fecha".

Para comenzar, el sol es peruano desde hace unos cinco mil años. Así lo testimonian, en parte, los propios cronistas españoles, pero con más contundencia y precisión dan fe los vestigios arqueológicos incaicos y de otras culturas prehispánicas que le rindieron culto al sol.

Para citar algunos, allí están la Puerta del Sol de la cultura Tiahuanaco, el Templo del Sol o Inti, Ccori Cancha, de la capital imperial incaica del Cusco, el adoratorio de Caral, la ciudad más antigua de América.

En la ciudadela Machu Picchu está el reloj solar o intihuatana (en quechua: lugar donde se ata o amarra al sol).

Intihuatana


Lo malo es que, por si acaso, lo que parece una simple tomadura de pelo pudiera convertirse en algo serio, tenemos que convocar a un selecto equipo de juristas, ya no internacionales simplemente, sino astrales o cósmicos y acudir a la Corte de La Haya, o a donde corresponda. ¿Existe ya jurisprudencia? Perdonen la ignorancia.

Lo que sí quiero advertir, desde ahora, es que si al reino español se le ocurre respaldar la modesta pretensión de su súbdita gallega, se va a meter en camisa de once varas.

No basta que argumenten que su Rey Carlos V haya declarado alguna vez: “en mis dominios jamás se oculta el sol”.

Desde hace siglos, los gallegos andan haciendo negocios por todo el mundo, especialmente en las ex colonias españolas, pero esta señora creo que ya se está pasando de la raya.

Además, existe otra complicación para las aspiraciones de doña Ángeles –así se llama la presumida dueña del sol -la carrera para la colonización del espacio ya la empezaron hace rato las super potencias como Estados Unidos, Rusia y ahora China.

Los gobiernos de estos países poderosos, son más pragmáticos y están interesados en colonizar y sacarle provecho a la Luna y a Marte como primeros pasos.

Otrosí digo, si se trata de disputarse el sol, hay una tercería por plantearse por parte de Japón, cuyo cuya milenaria civilización se autodenomina “el Imperio del Sol Naciente”. Notifíquese y córrase traslado a las partes interesadas.