jueves, 7 de julio de 2011

La Ciudad Eterna de América


 Cuando esta tarde nuestra diva Tania Libertad alce su voz melodiosa para interpretar El cóndor pasa, aquel emblemático himno sideral del huanuqueño Daniel Alomía Robles, y el grupo chileno Los Jaivas entone el canto coral Alturas de Machu Picchu, inspirado en el poema de Pablo Neruda, millones de habitantes del planeta se rendirán ante la grandiosidad de la eterna ciudadela de los incas.
Gracias a la magia de la tecnología de las comunicaciones, ciudadanos de todas las naciones podrán ver en vivo las imágenes de Machu Picchu como principal protagonista de un espectáculo fastuoso con sonidos, luces y efectos especiales solo comparables con una exhibición similar que se hizo en la Acrópolis de Atenas.
Alrededor de 300 invitados serán los privilegiados que asistirán en la misma ciudadela a un acontecimiento histórico e inolvidable que realza el cumplimiento de los cien años del descubrimiento arqueológico del conjunto arquitectónico considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad y una de Las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Hace un siglo, el explorador e investigador estadounidense Hiram Bingham avistó por primera vez las impresionantes construcciones incaicas, cubiertas de vegetación y enclavadas en un accidentado falderío rodeado de enormes y mágicas montañas, denominadas "apus" en la panteísta cosmovisión de nuestras culturas precolombinas.
De acuerdo con testimonios recogidos por diversos estudiosos, en realidad muchos lugareños ya conocían de la existencia de la "Ciudad Perdida". Incluso, el agricultor cusqueño Agustín Lizárraga ya había llegado al lugar nueve años antes de que lo hiciera Bingham, pero a éste se le reconoce el mérito de haber revelado al mundo la importancia histórica del descubrimiento.


Han pasado 100 años y hoy Machu Picchu es la bandera más alta del turismo nacional, la Meca de Sudamérica para los turistas y trotamundos de todos los continentes, su fama ha trascendido todas las fronteras y su imagen es un inconfundible ícono internacional. Para la industria turística, es un logo o una marca que atrae como un imán, y para la nación peruana, es un blasón que testimonia nuestra grandeza cultural e histórica.
Para todos los peruanos, Machu Picchu también entraña un permanente llamado a elevar nuestra autoestima nacional y, sobre todo, conservar y poner en valor a muchos otros monumentos arquitectónicos que son un verdadero tesoro legado por nuestros antepasados.
Allí están Caral, la ciudad más antigua de América; Chan Chan, la portentosa ciudad de barro; Kuélap, Chavín de Huántar, el santuario de Pacopampa, Marcahuamachuco, Choquequirao, entre otros.
Es de interés nacional que nuestros gobernantes nacionales y regionales, así como las municipalidades provinciales y distritales, coordinen una coherente política cultural y turística para poner en valor todos estos tesoros, a fin de ofrecerlos al mundo, al igual que Machu Picchu.
En esta fecha de especial significado para la Nación peruana, pongámonos de pie y repitamos los versos dedicados por el poeta de la Isla Negra a la Ciudad Eterna de los Andes: Madre de piedra, espuma de los cóndores / Alto arrecife de la aurora humana.

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