jueves, 28 de octubre de 2010

Los tesoros de Bambamarca

Provincia cajamarquina cumple 227 años de fundación española


Rica y dorada historia tiene la provincia cajamarquina de Hualgayoc, con su capital Bambamarca. Sus antiquísimos yacimientos de oro que dieron tanta prosperidad en la época del virreinato y gran parte de la etapa republicana la rodearon de leyenda y le otorgaron estratégica importancia.
Documentados testimonios dan cuenta que en la época prehispánica aquel territorio era conocido como “Cori-marca”, voz nativa que significa “país o región de oro”
La hermosa y hospitalaria ciudad de Bambamarca fue fundada un 28 de octubre de 1793, hace 227 años, con el auspicio del obispo Jaime Martínez, durante el gobierno del virrey Teodoro de Croix.
La vieja ciudad minera de Hualgayoc, con sus muros de adobe y techos de paja “hualque”, se incendió cuando ya había decaído la febril actividad aurífera. Entonces surgieron otros tiempos prósperos. Bambamarca floreció como una urbe provinciana ordenada y bella entre los ríos Llaucano ( también llamado Pumagón) y el Maygasbamba.
Al auge de la minería le sucedió el desarrollo de la ganadería y la agricultura. Provincia de tierras fértiles y ubérrimos valles, Hualgayoc ha sido siempre un paraíso productivo con capacidad para autoabastecerse y desarrollar el intercambio comercial con otras regiones del nororiente y de nuestras ciudades costeñas.

Ceremonia de inauguraciòn del mausoleo del maestro Catalino Terán Terrones

La riqueza de esta tierra privilegiada por la naturaleza siempre ha sido realzada por los hombres y mujeres laboriosos y creativos que han vivido y habitan actualmente en ella y que también han emigrado a otras latitudes destacando con méritos propios en cuanta actividad han emprendido.
Y es que en el transcurso de la historia de Bambamarca la educación y la cultura han sido siempre cultivadas como preciados tesoros de un pueblo progresista, indómito, capaz de vencer las circunstancias muy adversas y las injusticias sociales.
Para los bambamarquinos y sus descendientes es por eso motivo de inmenso orgullo el homenaje que han tributado la Municipalidad de Bambamarca y las autoridades educativas de la provincia el 24 de octubre último al Gran Maestro Catalino Terán Terrones, educador y paradigma de generaciones, al inaugurar en su tumba un mausoleo que realza y peremniza su memoria.
En la década de los 50 el pueblo de Bambamarca ya le rindió merecido homenaje al maestro Catalino con un busto a su memoria erigido en la plaza de Armas de la ciudad, frente al emblemático Colegio Nacional de San Carlos.
Cada 6 de julio, Día del Maestro, delegaciones escolares de toda la provincia le renovaban su homenaje y reconocimiento coronando con flores y palmas al monumento. Esa efigie ahora ha sido traslada a otro espacio urbano.
Don Catalino Terán Terrones, perteneció a una élite de bambamarquinos ilustres, cuyas huellas aún siguen siendo faros y estelas que iluminan nuevos horizontes para las actuales y venideras generaciones.
Su apostolado pedagógico era tan profundo que inclusive dedicaba parte de su modesto sueldo para comprar útiles de enseñanza a los niños pobres que tenían difícil acceso a la educación.
El sabio educador tuvo 18 hijos ya fallecidos, pero su descendencia es tan numerosa que sus nietos, bisnietos y tataranietos están repartidos por el mundo llevando siempre con orgullo la memoria de tan ilustre y noble patriarca, al igual que el de su esposa Josefa Chávez Tello.
Nuestra gratitud profunda y reconocimiento a las actuales autoridades bambamarquinas por honrar la memoria del gran maestro. El ejemplo y legado de los ancestros es parte sustancial de nuestra conciencia colectiva. Un pueblo con historia y cultura tendrá siempre una visión certera de sus metas y destinos.