lunes, 18 de marzo de 1996

Huesero milagroso salva a "hombre péndulo" desahuciado por médicos

- Había quedado inutilizado por una lesión a la columna que sufrió hace 14 años

Tan solo con la habilidad asombrosa de sus manos y el conocimiento minucioso de las articulaciones óseas del ser humano, el famoso folclorista ayacuchano Roberto Tévez logró salvar de la parálisis a un joven que había sufrido una grave lesión a la primera vértebra cervical, denominada Atlas, y que había sido desahuciado por los médicos.

La lesión a la columna que sufrió hace 14 años Luis Felipe Fowler Taramona, quien ahora cuenta con 26 años de edad, como consecuencia de una pelea callejera le inutilizó parcialmente la primera vértebra cervical, ubicada en la base del cráneo y que sostiene al mismo.

Huesero Roberto Tévez cura a "El Hombre Péndulo"
GRATITUD. Luis Felipe, plenamente recuperado, da testimonio de su increible caso. Lo acompaña Roberto Tévez.

Según refirió el propio Fowler, él tuvo mucha suerte pues dicha vértebra se desplazó fuera de su lugar y "comprimió" la médula sin destruirla, por lo que se salvó de la muerte o, en el mejor de los casos, de la parálisis total.

Sin embargo, ese desplazamiento de la vértebra le produjo una secuela de intensos y permanentes dolores y un constante movimiento pendular de la cabeza que lo incapacitaba para que pudiera llevar una vida normal.

"Fueron 14 años de tortura. Sufría de intensos dolores que a veces no me dejaban dormir. La gente se burlaba de mi, en el colegio me pusieron el sobrenombre de "el hombre péndulo", creían que yo inclinaba la cabeza para un lado y para el otro por manía, pero en realidad no sabían de mi gran sufrimiento", manifestó Fowler.

"Para mi era una tragedia vivir así, pero yo seguía estudiando a pesar de las burlas, así terminé mi educación secundaria en el colegio Virgen Inmaculada de Monterrico y luego estudié Administración de Empresas en IPAE", agregó.

Luego relató que su padre Luis Fowler, sicólogo clínico, lo llevó a diversos nosocomios y que fue examinado por eminentes médicos cirujanos y neurólogos.

Los médicos quedaron asombrados por la rareza de la lesión sufrida por el joven y no se atrevían a intervenirlo quirúrgicamente, porque existía un riesgo muy alto de dañar la médula y dejarlo completamente paralítico.

"Como última esperanza, casi sin esperar nada, en el mes de junio del año pasado, mi padre me llevó al señor Roberto Tévez y él me sometió a un tratamiento de masajes que duró tres meses. parece mentira, pero ahora estoy bien, no siento ningún dolor y ya puedo controlar muy bien todos los movimientos de la cabeza y el resto del cuerpo", expresó Luis Felipe.

"No se trata de ningún milagro. Aquí no se puede hablar de un hecho mágico o sobrenatural, simplemente sometí a este joven a un tratamiento de masajes al que los médicos folcloristas denominamos "digitopuntura", es decir, masajes con las yemas de los dedos", explicó Roberto Tévez.

Tévez, natural de la provincia andina de Coracora, heredó de sus antepasados la asombrosa técnica que dominan esos "traumatólogos" sin título universitario que en el país popularmente llamamos "hueseros".

Ex obrero gráfico, eximio cultor de nuestra música del Ande con piano, charango, guitarra y otros instrumentos, encontramos a Roberto Tévez en su estudio-consultorio de la calle Miguel Aljovín 320,muy cerca de Palacio de Justicia.

Mostrando las numerosas radiografías que le tomaron a Luis Felipe Fowler, Tévez explicó que, efectivamente, una intervención quirúrgica tradicional hubiera sido fatal para el joven paciente.

"Utilizando técnicas que hemos heredado desde tiempos muy remotos de nuestra historia precolombina, lo sometí a pacientes sesiones de masajes, hasta que logré devolver a su lugar original a la vértebra lesionada, sin consecuencias traumáticas", manifestó.



Artículo publicado en el diario La República el 18 de marzo de 1996